Cabe destacar que nuestros principios, nuestros pueblos originarios y religiones propiamente tal, logran satisfacer el primer punto mencionado, sin embargo la aparición de religiones autoritarias rompen con cualquier esquema divino, muy por el contrario dan a conocer la faceta mercantilista, racista y discriminatoria, donde se privilegia una imagen abstracta y poderosa por sobre la razón y el verdadero amor del hombre, el cual solo puede ser entregado en su plenitud a un ente físico (eso responde también al prototipo físico que se le entrega a cada dios).
No menciono crimen a la fé humana ni a las creencias, pero juzgo todo privilegio entregado a un ente imaginario y NECESARIO por sobre los derechos y libertades de los hombres.
Valoremos al hombre y el amor real... Amén
(Sebastian Perez, ensayo.)